He dicho alguna vez que los hombres son un viaje de ida (excepto para seres como Sandra y Celeste, no?) y una vez que una ha decidido subirse al tren, es difícil no caer en la tentación de decir "son todos iguales". Pero a no desesperar muchachas, no están todos cortados por la misma tijera, sino digamos… por 4 o 5.

Permítanme introducirlas al fantástico mundo de los 4 o 5 tipos de hombres según cómo se refieren a sus novias, esposas y/o concubinas! (en orden quizás aleatorio, quizás de "pintoresquitud").

"Mi mujer": este es probablemente el más aburrido de todos. Políticamente correcto, algo machista, completamente desinteresado por su partenaire, se casó porque ya era hora y porque estaría bueno tener un par de hijos y pavonearse frente a los compañeros del club con su "hijo estrella del equipo". Suele ser un cornudo importante.

"Mi señora": ya ha superado la etapa bestial y reconoce que la mujer es algo más que un objeto decorativo, hasta se da el gusto de reconocerla llamándola "señora". Pueden encontrarse en todas las clases sociales, unos por protocolo y otros con una pizca de admiración. En el fondo la quieren y tal vez hasta un día, cocinen una tapa al horno en su honor!

"La jabru": piratón de barrio, se refiere despectivamente a su pareja como quejándose por el hecho de que le prohíba juntarse a levantar quiniela clandestina con los chochamu en el bar de la esquina. Se excita viendo el programa de Tinelli y es normal escucharlo gritar en medio de la cena "pero mirá qué culo tiene esa hija de puta!". Suele engañar a su mujer con viejas en jean.

"Danu": generalmente encantador e irresistible, dedica horas de su tiempo a entrenar a los amigos con los nombres de su mujer, su amiga con derecho, la ex entregada a la que se mueve cada tanto y la secretaria que fielmente le lleva la agenda para que no se confundan. La banda se descostilla en las cenas grupales y él sonríe cruelmente a la sociedad, vanagloriándose de su éxito. Suele terminar en divorcios sangrientos.

"Mi jermu": finalmente, el simple romántico. Mezcla de pibe bueno e hijo devoto, observa a su pareja como a una madre, mientras ella prepara las pastas del domingo para sus cinco hijos, él descorcha un vino a las 11 am y a la tarde parten para tomar mate en el Camino Centenario. Suele casarse para toda la vida y es asiduo dedicador de temas de Chayanne en las radios locales.

(ya sé, ya sé, el tema es que para ese entonces ya están en pareja, no? Bueno, no puedo solucionarles la vida, pero presten atención a los reincidentes!)